Marcela nació hace 25 años , en el puesto de un estancia correntina, en la argentina profunda ,esa la olvidada hasta por la mano de dios, esa argentina casi feudal donde los peones de estancia son casi pertenencias de los patrones , la menor de 6 hermanos varones pasó a trabajar como sirvientita en la casa de los patrones, allá en el pueblo de Curuzú Cuatiá.
Los recuerdos de su infancia no le traen imágenes felices , el único remanso , la tabla a la cual se aferra , es un sueño que se repite todas las noches.
Sueña con el rostro moreno de un joven que le dice: yo te voy a encontrar y juntos nos iremos muy lejos y seremos felices.
Jorge 26 años atrás nace en una ranchada de Santiago del Estero , su madre muere en el parto y se cría con su padre hachero en medio de los montes como un animalito salvaje , sin conocer la escuela, ni los juegos con otros niños.
Cuando tenía 12 años , el padre harto de esa vida en medio del monte te lo trae a Buenos Aires y van a parar a la villa de la Cava, cambiando el monte por la selva , Jorge aprende pronto los códigos de la jungla de cemento.Un día su padre no vuelve , y el nunca más lo vuelve a ver , a los pocos días de quedarse solo , otros le ocupan l casilla y lo echan a patadas como a un perro.
Durante toda su vida , su único refugio fue la noche , cuando se dormía y soñaba con una hermosa mujer , la más bella que jamás había conocido, ella siempre le decía:me vas a encontrar, seré tuya y juntos nos vamos a ir de este infierno.
Marcela a los 13 años fue violada por su patrón y quedó embarazada , una vieja curandera del pueblo se ocupó del aborto , la echaron a la calle y no pasó mucho tiempo hasta terminar en un prostíbulo.En la cama donde prodigaba su cuerpo , soñaba que quien la montaba era el joven que todas las noches la visitaba en sueños.
En medio de las sacudidas y los jadeos , cerraba sus ojos y ahí en ese espacio de la ensoñación encontraba el rosto sonriente de su salvador.
Una noche un camionero que estaba de paso, le propuso escaparse con el , sacarla de ese agujero.
Fue así como Marcela con 18 años , llega a Buenos Aires.
Jorge sobrevivía como podía , durmiendo en la calle , mendigando , abriendo puertas , robando si no había otra alternativa , para poder callar el ruido de sus tripas.
Una noche, borracho y envalentonado por otros perros de la calle como él , vuelve a la villa y le prende fuego a la casilla que le habían robado , ninguno de se salvó.
Se escapó y vivió en el hall de la estación Mitre en Retiro, del pegamento pasó a los porros , aprendiendo rápido a sobrevivir entre las otras fieras.
Creció y apareció el primer fierro , los primeros asaltos a quioscos y taxis y con un poco de plata en el bolsillo apareció la blanca.
Se fue a vivir con una puta, la mina no le gustaba ,pero como el decía , me da una cama y un agujero donde ponerla , cuando se la cogía , cerraba los ojos y ahí se encontraba con la mujer de sus sueños, era ese su refugio que duraba justo hasta que abría los ojos y la realidad le daba un puñetazo en la boca.
Se fue haciendo conocido en el ambiente , a base de una reputación ganada por su coraje y temeridad y así ingresó a una banda con la promesa de plata grande.
Llegaron drogas más pesadas, las jeringas que lo hacía viajar y en medio de sus delirios siempre aparecía ella.
Marcela vivió un tiempo con el camionero en una pensión de la calle Bacacay , en el barrio de Flores pegada a la estación , las primeras semanas fueron para ella como una salvación , el tipo la trataba bien y ella sólo se ocupaba de atenderlo,pero un día el tipo le dijo que no había más plata y que ella tenía que volver de puta.
Ella se negó , se quiso escapar pero el tipo le pegó una paliza que la dejó de cama y ella con la resignación aprendida a golpes empezó a yirar.
Cuando los puntos escaseaban y la guita no aparecía, el tipo la fajaba, hasta que Marcela no aguantó ma´s y se mandó a mudar.
Recaló en un hotelucho de la calle Pavón , en el barrio de Constitución , hacía la calle trabajando de lo único que la vida le había enseñado , vendiendo su cuerpo por unos pesos que apenas le alcanzaban par sobrevivir, no importaba si llovía , si hacía frío o si el sol partía el pavimento , ella estaba ahí en la calle a la pesca de un cliente.
En el último invierno cayó enferma, una gripe pensó , pero con el correr de los días la fiebre no cedía , hasta que un día no pudo salir a hacer la calle , la encargad de la pensión la encontró delirando tirada en el piso del cuartucho sin poder levantarse.
Esa misma noche una ambulancia se la llevo al hospital , quedó internada y después de muchos análisis le diagnosticaron sida.
Su salud a pesar de los tratamientos empeoró , sus riñones dejaron de funcionar y necesitó de una máquina de diálisis para poder sobrevivir.
Una mañana mientras estaba conectada al dializador, llega un hombre joven, enfermo como ella , con la cara manchada por llagas , el cuerpo muy delgado , pero ella pudo reconocer en esos ojos negros , los ojos de quién todas la noches desde que tenía memoria, la venía a salvar del infierno.
El también la miró y mientras se sentaba en la máquina contigua ,ella sostuvo la mirada y fue en ese mismo instante que los dos se reconocieron.
Por unos instantes que parecieron durar un siglo, ninguno de los dos pudo articular ni una palabra, hasta que la sorpresa inicial dejó pasó a una alegría incontenible.
Hablaban los dos al mismo tiempo, se reían , los médicos , las enfermeras , los otros pacientes del servicio , nadie tenía idea , ni entendía lo que estaba pasando con esos dos.
A la semana siguienTe se casaron en la pequeña capilla del hospital, al día siguiente los dos murieron , fue un Martes de Enero , a la misma hora : 9 y 30 , los dos con la misma sonrisa.