Juanele hace pantalla con su mano derecha , colocandola sobre sus ojos , para protegerlos del resplandor que provoca el sol , al reflejarse sobre las blancas paredes encaladas , del pequeño patio de su casa en el barrio de Mataderos , mientras que en su mano izquierda empuña una vieja y abollada regadera de chapa de zinc , con la que riega amorosamente las plantas que pueblan el patiecito de baldosas rojas , deja la regadera en el piso y eleva su mirada , un cielo celeste intenso , radiante , anuncia que tampoco hoy lloverá .
Camina hasta la sombra de la galería y se sienta en un banco de madera , de esos como los que se encuentran en las plazas , se siente extraño , incongruente , este tiempo espléndido como salido de un aviso de una agencia de turismo promocionando una playa , no encaja con su estado de ánimo , necesita de un día nublado , si es posible lluvioso , para poder dar rienda suelta a toda su nostalgia , a esa mezcla de tristeza y melancolía que lo invade desde que ella se fue y lo dejo solo con esta pena , que le da vueltas pugnando por salir , y no encuentra como .
Se queda mirando el verde de las plantas , que brillan bajo el sol inclaudicable , - estan hermosas este verano - piensa , y recuerda como les gustaba sentarse en este mismo banco por las tardes a tomar mate y charlar sin prisas , tan solo para escucharse y disfrutar el hecho de estar juntos compartiendo ese momento .
Hoy esta solo en ese mismo banco que le resulta irremediablemente vacio , en silencio , rumiando su soledad , pero ese maldito sol que no ceja en su intento de brillar , lo pone de mal humor . Y el no quiere estar de mal humor , el solo quiere un día nublado , si es posible lluvioso y asi poder dar rienda suelta a todos sus sentimientos , dejar que se manifiesten sin ataduras , exorcizar los demonios de la soledad , purificandose en un mar de lagrimas y hasta ahogarse en ellas si así se le antojase , pero no , ese inmenso sol que llena todo de luz , que aviva los contornos de todas las cosas , que ilumina hasta los rincones mas recónditos , transformando el día en un canto a la alegría , impide que sus deseos se vean colmados .
Dentro de la casa todo es luminosidad , ni las cortinas de las ventanas impiden que el sol lo descubra todo , sobre la mesa se encuentra el diario , siguiendo un impulso en el que se cuela la esperanza , lo toma y lo abre buscando el pronostico del tiempo y no puede ocultar su desazón al enterarse que por lo que resta de la semana seguirá sin cambios , con bronca lo arroja a un costado .
Si ella estuviera aun en la casa , todo seria perfecto , seguramente tomarían el auto e irían por ahí a disfrutar de este día maravilloso , pero ella no esta y Juanele redescubre su soledad , se siente como el reverendo traste , tiene que escaparse , rajar de este tironeo insostenible , olvidarse aunque mas no sea por un ratito de esta frustracíon .
Camina hasta el modular , abre una de sus puertas , saca un a botella de grappa y una copita , las lleva hasta la mesa , se sienta , destapa la botella , se sirve y comienza a beber dando pequeños sorbos , con los primeros siente el fuego del alcohol bajar por su garganta , después se acostumbra y los sorbos se hacen mas largos , para terminar de beber las siguientes de un trago .
Después de un rato comienza a sentir los efectos que le provocan las incontables copas de grappa , la botella esta vacía , la toma y de algún lugar de su memoria se le hace presente el recuerdo , esta botella de grappa Basano la compraron juntos el invierno pasado , en aquel bodegón que encontraron esa tardecita que paseaban por San Telmo , casi a punto de arrojar la botella , detiene el ademan arrepentido y la deposita suavemente sobre la mesa .
- Esto no esta funcionando - dice con voz pastosa ; - ya estoy casi borracho y me siento igual que antes - , - maldito sol , maldito hermoso día - ; - tanto es pedir un día nublado , una llovizna , no pido lluvias torrenciales , sólo unas gotas que mojen las calles , aunque mas no sea por un rato - , casi implorando pide Juanele .
Siente el pecho oprimido por esa mezcla de sensaciones que no consigue desahogar , tiene que distraerse con algo , ya probó con el alcohol y lo único que consiguió fue esta borrachera , - ya sé - dice en voz alta , camina vacilante hasta el escritorio , corre la silla y se sienta frente a su PC , la enciende y se conecta , navegar siempre le hace perder la noción del tiempo , quizás hoy de resultado y consiga por un rato olvidar su frustración , va de un sitio a otro hasta que decide probar con earthcam , siempre le gustaron los lugares exóticos , recuerda la vez que visito Malasia y el impacto que le produjo Kuala Lumpur , hacia allí dirige la búsqueda .
Pasan unos instantes mientras el buscador localiza el sitio , hasta que lentamente en el monitor comienza a dibujarse una imagen , y para su sorpresa , allí delante de sus ojos aparece la toma de una calle atestada de automóviles bajo una lluvia torrencial , es justo lo que Juanele necesitaba , un cielo cargado de nubes plomizas descargando su furioso llanto sobre la ciudad .
Siente en algún lugar de su pecho , cercano a su corazón , algo así como un click y en ese preciso instante las compuertas seden ante la presión incontenible de sus sentimientos maniatados , dando paso a un acongojado llanto que lava esas heridas invisibles , que le ponen bálsamo a esos moretones que le quedaron en el alma .