martes, 3 de agosto de 2010

Crónicas del ghetto - ELLA -






Ella parece estar ajena a cuanto la rodea , como en una isla , su propia isla , restos del naufragio de vaya uno a saber que destino.
Vine en su busqueda , ya la había visto antes y conocer cómo había llegado a vivir en la calle me llenaba de curiosidad.
Avenida 9 de Julio, 9:30 de la mañana de ese frío lunes de julio , a metros del recién refaccionado Teatro Colón,ella barre con parsimonia la vereda de la Plazoleta Santiago del Estero.
La gente que espera el cruce mira ansiosa el semáforo como una excusa para ignorarla para negar a ese ser humano que desposeído de todo cuanto ellos tienen, sin embargo les resulta tan próximo, hacen un esfuerzo por contener la curiosidad que ella , ajena todo y a todos , les produce. Detecto algunas miradas de reojo , algunas narices fruncidas y comentarios que por la distancia no alcanzo a escuchar.
Su presencia los incomoda ,es evidente , la luz verde da paso y ellos se apresuran por cruzar la avenida ,dejando atrás la esmirriada figura que continua barriendo sin siquiera reparar en todo cuanto la rodea ; el transito atronador , la gente que la esquiva de mala gana.
Me acerco despacio , como quien lo hace a un animal salvaje , como si mi proximidad pudiera espantarla, siento curiosidad por la historia detrás de esta mujer , de aspecto distinguido , pulcramente vestida y llamativamente limpia para mi prejuiciosa imagen de una persona que por lo que he podido observar con anterioridad, vive en la calle.
Buenos días - digo y espero , ella me mira fijamente , su rostro no demuestra ninguna emoción particular , siquiera puedo descubrir en esos ojos celestes que me miran un atisbo de curiosidad.
Puedo sentarme ?- pregunto señalando el banco proximo , ella ha dejado de barrer, asiente con la cabeza y vuelve a su quehacer , la obervo en silencio por un par de minutos , ella repite como en un ritual obsesivo sus movimientos , da un paso a la derecha y barre una y otra vez las baldosas , luego da otro paso hacia la izquierda y continua barriendo , demás esta decir que la vereda ya está más que limpia pero a ella no parece importarle.
Yo recorro con la mirada lo que supongo sus pertenencias : un carrito de esos llamados chaguito , como el que usaba mi abuela para hacer las compras en la feria municipal , conteniendo algunos bultos ; detrás del banco , en la verja que rodea la plaza , unas prendas de ropa con apariencia de recien lavadas.
Mientras ella sigue barriendo ,ignorándome o perdida en su mundo , no lo sé , reparo en la fuente que corona la plazoleta en la esquina con Córdoba y mi mirada vuelve a la ropa recien lavada , me sonrio y me reprocho por la estupidez de mi pensamiento propio de mis prejuicios.
Abro mi morral y saco un termo y un paquete con un crujiente y aun tibio pan , con prolijidad desenvuelvo el pan , alisando el papel a modo de mantel sobre el banco.
Siempre llevo un termo con cafe con leche y un pan , me gusta desayunar en las plazas mirando la gente pasar buscando personajes para mis relatos
Neurotico obsesivo - acota ella con una voz que me sorprende por lo joven y clara, ahora me observa con una sonrisa que se desvanece cuando alzo los ojos para mirarla , fue un contacto fugaz porque ahora ella sigue con su barrido ritual perdida en su mundo .
Sirvo un poco de café con leche en la taza del termo y alzandola se la ofrezco .
Me acompaña con el desayuno -digo y  sigo ofreciendo la taza , ella como dudando mira a un lado y al otro , apoya la escoba en la verja y luego regresa para tomar la taza .
Gracias - y bebe un sorbo sin dejar de mirarme por encima del borde de la taza mientras yo tomo el pan y lo parto en dos trozos , calculo cual es el mas grande y se lo ofrezco sonriendo .
Deme el otro, es mas chico - para agregar con femenina coqueteria - es por la figura sabe ? a mi edad debo cuidarme.
La miro con curiosidad mientras pellizco mi trozo de pan y lo llevo a la boca para darme tiempo , sopesando si debo o no hacer algún comentario , mientras pienso - una mujer ya mayor educada ,sesenta y pico , correcta casi elegantemente vestida , con ropas viejas pero limpias , como pudo terminar en la calle ? y no puedo evitar que mi curiosidad por saber más de ella aumente.
Muy rico el café con leche - dice sentadose en el mismo banco a prudencial distancia - no suelo hablar mucho - me mira con ojos llenos de nostalgia - no tengo con quien , una se olvida hasta como suena su propia voz acá afuera-
No se que decir , siento un puño en la garganta, situación de la que salgo con otro trozo de pan , para evitar decir una tontera .
Ella me imita y tomando un pequeño trozo , lo come saboreando lentamente, mirando sin ver el transito de la avenida.
El silencio , raro llamarlo así en medio del rugir de los motores y bocinazos que compartimos en el banco me resulta agradable , siento que estoy compartiendo algo más que un trozo de pan y lo disfruto , tengo muchas preguntas que me guardo por delicadeza elemental, soy un invitado no esperado su isla, no quiero convertirme en invasor.
Ella termina el café con leche y deja la taza vacía en medio de los dos , yo reparo en ello y hago el ademán de tomar el termo
-otro poquito ?- pregunto con el termo en la mano.
-no gracias no quiero mal acostumbrarme , esta es la segunda taza de la mañana- me dice con una semi sonrisa mientras acaricia su vientre, le dá un par de suaves golpecitos y suspira .
Su inocente franquesa me hace sentir culpable -Le dejo el termo - lo pongo próximo a ella .
- Gracias, pero no tendría como llenarlo, sería algo superfluo- dice suspirando al tiempo que se levanta para tomar la escoba nuevamente -no soporto la suciedad y la gente es muy sucia , no hace mas que ensuciar- barre las migas del pan que comimos y se aleja de mí barriendo.
Con cierta tristeza y por que no decepción guardo el termo doblo el papel con cuidado de no tirar ninguna miga y lo guardo en el morral junto al termo.
Decido no insistir por hoy y pienso er egresar otro día y ver si la situacíon da para intentar alguna pregunta.
Me levanto y dispuesto a irme la saludo - que tenga un buen día -
No sé si me oyo en medio del ruido o simplemente ya estaba de regreso muy lejos de mí en su isla pero no recibí respuesta .
Dos días despúes regresé y ella no estaba, tampoco sus cosas , caminé por los alrededores buscándola si éxito, preocupado por su suerte, nadie la había visto ,un portero de uno de los edificios de la zona me dijo que solía dormir en las escaleras del teatro Cervantes pero que hacía un par de noches no la veía, pude averiguar que había sido desalojada de la plazoleta por la Policía Metropolitana y funcionarios del Gobierno de la Ciudad , sus pertenencias fueron arrojadas en un camión de basura, otras personas en su misma situación fueron victimas de la misma prepotencia.
No pude saber su nombre , escuché distintas historias acerca de ella , poco importan ahora , me quedo con la frustración de no haber podido ayudarla .

Buenos Aires una fría noche de julio de 2010.

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