sábado, 5 de febrero de 2011

DEMONIOS



DEMONIOS

Ser habitado por mis demonios es algo que ya me tiene acostumbrado , siempre al acecho , clavando sus uñas en mi espalda,  desgarrándola como tela barata y masticando con rabia mi cerebro , escupiendo los pedazos por mi boca.
Hubo un tiempo en que traté de ahogarlos en alcohol , otro en el que me intoxiqué con cuanto químico estuviera a mi alcance , pero sólo obtuve más dolor y más tormento ,hasta que llego este tiempo , en el que aprendí a convivir con ellos , a encontrar una especie de calma , de lucidez en esa sensación lacerante de estar vivo.
Pero en noches como la de hoy , en la que me han abandonado me siento huérfano , vacío ,  extraño el tormento , el impío dolor y salgo a buscarlos por las calles , en las orillas de la ciudad , donde comienza a desvanecerse la jungla de cemento y comienza la selva , la incierta región  habitada por seres de carne y hueso .
En estas recorridas nocturnas por las desangeladas calles,  me siento un personaje salido del
País de las últimas cosas y me pregunto si Auster no anduvo recorriendo estos mismos oscuros callejones.
Amo la ciudad por las noches , las calles desiertas , los ruidos dormidos , el eco de mis pasos , el olor de los charcos fétidos , perderme y confundirme entre las sombras , deambulando como una sombra más , sin destino , dejando librados al capricho del azar el rumbo de mis pasos.
Así es como he llegado hasta este lugar y garabateo estas primeras sensaciones , este bosquejo preliminar de una crónica que jamás terminaré de escribir , en el block que siempre llevo conmigo .
Me ha llevado un tiempo salir del shock , dejar atrás el espanto y el asco para ordenar en mi cabeza las imágenes que he presenciado , encontrarles un sentido y tratar de describir los acontecimientos tal cual ocurrieron y de los cuales fui un aterrado y paralizado espectador.
Todo sucedió sin darme tiempo siquiera a presentirlo , no debe haber durado en total mas que unos cuantos minutos .
Como he escrito ya , caminaba por una calle oscura , los pocos faroles , proyectaban su cono de luz haciendo brillar los adoquines descubriendo parte de un auto abandonado , dejando adivinar la silueta de una casa , pero solo fragmentos , no imágenes completas , el resto era tragado por la oscuridad y  recuerdo ahora que en ese momento pensé parecían como pequeñas islas en medio de la nada .
No recuerdo con total exactitud que acaecío primero , si fue ese quejido de una voz humana o el ruido de las pisadas sobre el adoquinado de la calle , pero si puedo afirmar que pasaron a mi lado como sombras y recién pude distingirlos al cruzar el primero de los conos de luz a pocos pasos delante de mí.
Trate de seguirlos en la oscuridad y solo pude verlos materializarse de la nada para después perderse en la oscuridad y casi al instante siguiente voler a aparecer cruzando la siguiente isla de luz.
La dirección que llevaban fue la que me hizo descubrir la fuente de donde provenía el quejido que sólo segundos antes había escuchado , a unos veinte metros hacia donde la calle hacía una especie de curva , sobre la vereda y recostada sobre la pared que formaba la ochava pude distinguir el bulto de una figura humana .
No se que fue lo que me llevó a correr detrás de la jauría de perros , creo que sólo fue un estupido acto reflejo , cuando los más prudente habría sido correr en la dirección contraria ,
no lo puedo recordar ahora , sólo recuerdo que corrí detrás de la jauría guiada por un enorme perro de pelaje casi amarillo , diez perros que en perfecto orden y en completo silencio se lanzaban sobre es bulto casi informe que se hallaba tirado unos metros más adelante.
Pocos metros mas de carrera y pude ya distinguir la figura de un hombre, alcancé a ver un viejo , muy delgado y asombrosamente pálido mirando fijamente a los perros sin siquiera intentar moverse , fue una imagen muy fugaz , esa figura con forma humana duró tan sólo unos segundos más , antes de que la jauría cayese sobre el y comenzara a despedazarlo , todo ocurría en el más espantoso de los silencios , no escuche ningun grito del viejo cuando su carne era destrozada por los afilados colmillos , tampoco percibí ruido alguno cuando diez hombres armados de  garrotes se descolgaban del muro y caían sobre los perros.
Fue un plan perfectamente concebido , el instante en que pude comprenderlo fue como un estallido dentro de mi cabeza , la banda humana tan perfectamente coordinada como momentos antes la jauría , sin efectuar ningun movimiento superfluo descargaba sus garrotes sobre las cabezas de los perros que sólo en el instante de morir soltaban la parte del cuerpo del anciano que estaban mordiendo.
En poco más de un minuto había sucedido todo , yo estaba paralizado , recostado y protegido por la sombra de un arból tuve que realizar un enorme esfurzo por contener el vómito que me hubiese delatado cuando vi que los hombres dejando los garrotes y empuñando cuchillos que despedían reflejos en la oscuridad ,destajaban los cuerpos de los perros y aún chorreando sangre mordían con desesperación la carne humeante.
 Una vez saciada la urgencia , cada hombre alzó el cadaver ensangrentado de un perro y se perdieron en las sombras de la misma silenciosa forma en que había llegado.
Por unos minutos llegué a pensar que todo había sido una alucinación , pero el cadaver despedazado del viejo en medio de un gran charco de la  sangre de los perros y del propio viejo , mas la huellas ensangrentadas dejadas por los hombres al alejarse eran suficiente evidencia como para aceptar que estos hechos que intento relatar , efectivamente sucedieron .

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